Al destacar las cualidades de un hombre virtuoso, excepcional, que siempre mostró una actitud equilibrada y justa en la aplicación de la ley, a un académico notable y sensible a las inquietudes de sus estudiantes que se convirtió en un baluarte del posgrado en Derecho, el Dr. Serafín Ortiz Ortiz, Rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), encabezó el homenaje póstumo que la comunidad del Centro de Investigaciones Jurídico Políticas (Cijurep) ofreció al ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), José de Jesús Gudiño Pelayo, fallecido en fecha reciente.
Con la presencia de la Sra. Yolanda Cícero Hocaranza, esposa de don José de Jesús Gudiño, y sus hijos Yolanda, Juan José y Carlos Gudiño Cícero y familiares que los acompañaron, el Dr. Serafín Ortiz Ortiz recordó el paso del ilustre jurista por las aulas de la Autónoma de Tlaxcala a lo largo de diez años.
Destacó la disposición que el ministro mostró para compartir sus conocimientos con los estudiantes tlaxcaltecas, porque aún cuando la UAT era una universidad joven y modesta, él contribuyó para fortalecer la ciencia jurídica y posgrado de Derecho de la máxima Casa de Estudios en la entidad. Muchos seguimos, recordó, su ejemplo, su oportunidad, certeza, y rigor en el desarrollo académico.
El Rector sostuvo que "México perdió a un jurista notable, a un pensador liberal, con una actitud frente a la vida en los escenarios de la equidad, del equilibrio y de la justicia, por eso nos ha dolido tanto que se nos haya adelantado".
También habló de la generosidad que mostró el ministro José de Jesús Gudiño al invitar a varios estudiantes del posgrado a trabajar con él y desempeñarse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Precisó que la Autónoma de Tlaxcala, en más de dos décadas, ha desarrollado actividades académicas con la participación de los mejores juristas, y uno de ellos fue, precisamente, don José de Jesús Gudiño.
Por su parte, el Magistrado Leopoldo Rolando Arriola Ortiz, quien fue el vínculo para que el ministro viniera a Tlaxcala, calificó de irreparable su pérdida por tres motivos: su excepcional trabajo como jurista, su excelente e infatigable actividad en la docencia, y por su incomparable amistad, entre otras virtudes.
Subrayó que "el maestro don José de Jesús Gudiño Pelayo vino a formar parte de nuestro claustro académico, dando lustro a nuestra Universidad con su investidura y prestigio, y coadyuvando con sus conocimientos y experiencia a forjar el prestigio que esta División de Posgrado ha alcanzado, en particular, en el estudio de la Maestría en Derecho Constitucional y Amparo".
A continuación habló de su labor como catedrático en el Cijurep. Rememoró que "el señor ministro", como habitualmente se le conoció, tuvo su primer contacto con la Universidad en el año de 1996 cuando se organizó un posgrado en Amparo que impartieron los mejores especialistas de la materia de México. Entre los primeros ministros invitados de nuestro máximo tribunal, se encontró el ministro José de Jesús Gudiño.
Destacó que él no sólo aceptó gustoso participar en el diplomado, sino que brindó a la UAT sus buenos oficios y convenció a ocho de los once ministros de la SCJN para que formaran parte del grupo de expertos que impartió el primero de los tres diplomados en Amparo organizados por el Cijurep y que fueron de una calidad excepcional gracias a la participación de los ilustres juristas como el señor ministro Gudiño Pelayo.
Con emoción, relató que animados por su demostraciones de simpatía para con la Institución "nos atrevimos a invitarlo para que impartiera una cátedra en la Maestría de Derecho Constitucional y Amparo, y aceptó impartir Antecedentes y Evolución del Juicio de Amparo en el año de 1997; en 1999 cambió la materia inicial por la de Aplicación del Amparo Judicial, cátedra que conservaba hasta el momento de su muerte".
El maestro Gudiño Pelayo también apoyó en los diversos eventos que se organizaban, específicamente, en el campo del Derecho Constitucional y Amparo como ocurrió en los siguientes diplomados impartidos en los años 1999 y 2002, en los que nuevamente y gracias a la ayuda del ministro Gudiño Pelayo se contó con la intervención de los ministros de la SCJN y también de los magistrados de los tribunales colegiados de circuito del Poder Judicial, a quienes personalmente él invitaba para que compartieran sus conocimientos en estos foros.
En tanto, la Mtra. Yolanda Gudiño Cícero, en nombre de la familia Gudiño Cícero, expresó que había dos aspectos fundamentales en el pensamiento de su padre: consideraba que el ser humano es el centro de todo discurso y que nada tiene sentido si no se dirige al bienestar de las personas, no importa la condición, vale la pena luchar por el ser humano; siempre nos inculcó el amor al conocimiento a mis hermanos y a mí, sé que en este amor a mi papá no estamos solos y es para mi un placer compartirlo con ustedes.
"Mi papá no era un hombre que pudiera circunscribir su amor sólo a la familia o a mi mamá, amaba a sus alumnos, a sus amigos, a la Universidad de Tlaxcala, amaba el Derecho, y agradezco que hayan sido tan cálidos, que hayan tenido siempre un pensamiento tan grato para él; a todos los que lo conocimos nos quedan unos pasos muy grandes que seguir y no en el sentido de su trayectoria sino que ahora no tenemos el pretexto para decir que no se puede triunfar y ser honestos, que no se puede triunfar y ser buenas personas, que no se puede triunfar y seguir siendo sencillos, porque él nos lo demostró, gracias por lo que siempre le dieron a mi papá y por haberle brindado un espacio en la cátedra en Tlaxcala, porque él se sentía orgulloso de pertenecer a esta Universidad", concluyó la Mtra. Yolanda Gudiño Cícero.