Como parte de las actividades que realiza la Secretaría de Extensión Universitaria y Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) para promover y acercar las diferentes expresiones culturales y artísticas a la comunidad universitaria y a la sociedad en general, se presentó en el Teatro Universitario la obra “Otrora Hoy”, con la compañía de danza “La Forlana” de la Ciudad de México, espectáculo que está inspirado en las danzas cortesanas francesas del siglo XVIII, pero con una propuesta contemporánea de aquella estética del barroco.
La dirección y coreografía de esta obra está a cargo de la Mtra. Magdalena Villarán, quién fundó “La Forlana” en 2006; “Otrora Hoy” es de estilo barroco, es decir, contiene una estética fascinante, perdida para siempre en sus detalles cotidianos, pero susceptible de ser recreada, interpretada y revivida en nuestro tiempo como en el siglo XVII, en la Francia de Luis XIV, la danza tuvo tanto protagonismo y peso artístico. Solo un rey bailarín pudo darle ese lugar.
Pero ese lugar era orgánico dentro del simulacro. La danza, la música y el canto eran una tríada perfecta. La danza, como arte escénica, era un elemento fundamental de esa totalidad. La ruptura que sobrevino en el siglo XVIII fue fatal para la danza. Esta se convirtió en un divertimento pantomímico y superficial, que al perder su contexto y sustento, dejó ver sus limitaciones expresivas, apoyándose en el dudoso recurso de lo ilustrativo.
La Mtra. Magdalena Villarán actualmente es maestra de Historia de la Danza y de técnica de danza barroca y danzas pre-clásicas en la Escuela del Centro Cultural Ollin Yolliztli. Ha ganado diversos reconocimientos por su excelente desempeño y su magnífica contribución.
El espectáculo que se exhibió en el Teatro Universitario de la UAT constó de dos partes, en la primera, se tuvo un acercamiento a la estética barroca a través de la música, usada de manera dramática, invitando al espectador a un viaje: De la ambigüedad del sueño a la luz del orden, seleccionada con la intención de crear una dramaturgia eficaz y seductora, cuya secuencia transita de lo onírico a lo perfectamente estructurado.
En la segunda parte, se recurrió a una pieza de música del siglo XX, que reposa en ritmos barrocos pero con un tratamiento moderno, tanto en su estructura como en su orquestación.
El vestuario es una recreación de la moda barroca, pero actualizada mediante el uso de materiales, texturas y colores que aluden a nuestra cotidianeidad (plástico, papel, armazones visibles). El uso del espacio y de la iluminación buscó también una reinterpretación de la parafernalia de la época.
En esta pieza, se dibujó el destino de los personajes de la fábula del “Juicio de Paris”, coreografiando una suite de danzas de Stravinski, gracias al código de la danza barroca, puesto al servicio de un simulacro escénico contemporáneo.