En reconocimiento a su trayectoria y por su aportación en temas como la seguridad ciudadana y prevención del delito, el Dr. Serafín Ortiz Ortiz, exrector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) fue investido, el jueves pasado, como Miembro de Número de la Academia Mexicana de Criminología (AMC).
Durante la ceremonia que tuvo lugar en el auditorio “Alfonso Quiroz Cuarón” del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), ubicado en el Distrito Federal, el Dr. Serafín Ortiz Ortiz habló del futuro de la ciencia criminológica y planteó varias alternativas sobre su aplicación en la sociedad actual.
Presidieron la ceremonia de investidura, el Dr. Fernando Tenorio Tagle, Presidente Honorario de la Academia Mexicana de Criminología; el Dr. Héctor Chincoya Teutli, Presidente de la Academia Mexicana de Criminología; y la Dra. Iris Rocío Santillán Ramírez, Oficial Mayor de la Academia Mexicana de Criminología. Entre el público, se encontraban el connotado criminólogo Dr. Luis Rodríguez Manzanera, y el Dr. Luis González Plasencia, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Junto con el Dr. Serafín Ortiz también ingresaron a la Academia Mexicana de Criminología los doctores Augusto Sánchez Sandoval y Erick Gómez Tagle López. La Academia Mexicana de Criminología se fundó por especialistas en las áreas de criminología, seguridad ciudadana, prevención del delito, violencia y control social de la desviación, con una destacada trayectoria como profesores e investigadores del INACIPE.
Los objetivos fundacionales de la AMC, vigentes hasta la fecha, han sido la de constituir una sociedad científica sin afanes de lucro, que permita cohesionar y vincular a los profesionistas dedicados a la criminología y áreas afines; realizar investigaciones que coadyuven de forma efectiva a resolver problemas concretos relacionados con la inseguridad urbana; difundir y promover el saber criminológico y apoyar mediante becas a los jóvenes talentosos estudiosos de la criminología.
En su discurso, el Dr. Serafín Ortiz Ortiz señaló tres líneas que consideró sobresalientes en investigación: los fines de la pena, las funciones de la prisión y la readaptación, hoy denominada reinserción, por lo que consideró que es indispensable abrir los campos de estudio de la criminología y recurrir a una política criminal alternativa, como una expectativa para construir más allá de la dogmática penal, y acudir a la hermenéutica penal.
Expuso que para lograr una mayor eficacia de la institución penal es necesario un sistema penal preventivo, policía unificada, un ministerio público autónomo, un juez instructor de penas, reducción de condenas, comunicación de expertos, mediación, creación de un fondo de recompensas, políticas de intervención proactiva y vigorizar un derecho penal restaurador.
Asimismo, el Dr. Ortiz Ortiz retomó principios introducidos en la Constitución que ya no pueden ser estudiados y separados de la legislación penal, a los que calificó como principios de la más alta envergadura: de reserva constitucional como es el principio de la defensa y protección de la dignidad de la persona humana, premisa constitucional inamovible del constitucionalismo moderno y que a México llegó apenas hace una década, cuando en el